Que la gasolina ha subido en los últimos meses de manera desorbitada para no bajar parece claro. La cuestión es saber si esa subida se debe a la subida excesiva de impuestos, a la superación del Pico de Hubbert o a ambas. El barril ya hace tiempo que no baja de los 100$ cuando lo ideal para que se pueda superar una crisis sin afectar al consumo de la población sería estar en los 50$. Sea como fuere, lo que está claro es que los impuestos indirectos tienen mucho que decir para exprimir todavía más a la crítica sociedad Europea. Si no baja el precio del petróleo, que está haciendo millonarios a los lobbys rusos y árabes, parece inevitable un "Crunch" energético en una Europa ya castigada y que dejaría la crisis de la deuda en una minucia. Dos soluciones a esto serían claras pero complejas. Una podría ser la búsqueda, invirtiendo en I+D, de nuevas fuentes de energía alternativas al petróleo, que tarde o temprano acabará, para hacer una Europa libre energéticamente. Esta solución sería una inversión a largo plazo. La otra solución sería el acercamiento a Rusia para crear una Europa más fuerte.
Pero no parece que vaya a ser así, con lo cual tendremos que sentarnos en una butaca y esperar el "Crunch" el "Crash" y el "Poing".
EL BARRIL A $100 EN EL ACTUAL ESCENARIO ES ANTINATURAL
¿Crash energético? El petróleo, por encima de los 100 dólares, amenaza con despeñarse
Amenaza de una segunda recesión, deterioro de la confianza de los consumidores, desplome de las bolsas, aumento del paro, debilidad del sistema financiero… ¿Crudo a $100? Aunque ayer sufrió un fuerte correctivo, el barril de crudo Brent está todavía por encima de los 100 dólares. En concreto, en los 106. Los más agoreros ya advierten de que esta situación antinatural está anticipando un verdadero ‘crunch energético’ en Europa que va dejar la crisis de deuda en una broma. .
El primer problema es que el bolsillo de los ciudadanos, ya de por sí deteriorado, no se puede permitir un coste energético elevado. “Es increíble que nadie esté mirando a este lado”, asegura Javier Niederleytner, profesor de IEB. Por un lado, “el lobby ruso y árabe están forrándose a manos llenas” y, por otro, “Europa se está dando cuenta de que los precios están demasiado altos. Claro que a los estados les interesa que la gasolina siga cara porque es donde más dinero sacan vía impuestos”, de forma que, con los problemas de déficit que tienen, es otra vía recaudatoria. Por ello, los gobiernos evitan presionar a la OPEP para que baje sus precios a pesar de que es necesario para desahogar a los consumidores..
A principios de año Daniel Lacalle, gestor de Ecofin, aseguraba en su blog que “un análisis reciente de un banco americano estima que los gobiernos europeos no pueden sostener sus cuentas sin subir los impuestos a las gasolinas y gasóleos (55-60% del precio), impuestos que, por otra parte, no han hecho otra cosa que subir en los últimos diez años”. El profesor, por su parte, explica que es condición indispensable para la ansiada recuperación económica que el precio del petróleo vuelva a caer al nivel de $50. De hecho, las presiones inflacionistas planean sobre la economía europea, alimentadas por el repunte de los precios de la energía, con lo que el Banco Central Europeo no va a poder llevar a cabo una política de tipos de interés bajos que estimule la economía.
La sociedad ya ha asimilado los $100 como normal
El problema es que, como está ocurriendo en todos los aspectos, se está deformando la percepción de la realidad después de cuatro años de saltos y sobresaltos. “¿Dónde ha quedado el baremo que marca en el petróleo lo que es exagerado?”, asegura a El Confidencial Alexander Hick, de Trade Brokers. “Ahora alrededor de $100 es normal y aunque las expectativas no son alcistas, no creo que vayamos a volver a ver el barril a $50”.
Hick, que baraja un rango muy amplio de entre $80 a $120, asegura que en cuanto el precio baje y sea un poco atractivo van a entrar “manos especuladoras”. El petróleo es un activo finito y como tal siempre va a ver demanda y, además, “la OPEP va a aprovechar que se han aceptado psicológicamente los $100 como normal para no permitir que baje más”.
Por el contrario, Lacalle asegura que “el petróleo puede caer hasta los $70 sin pestañear y sin que nadie pueda intervenir”, aún así defiende que los precios del petróleo tienen un impacto ínfimo sobre la economía de los países desarrollados, y la factura petrolera no aumenta realmente en términos de PIB.
“Los agoreros del cenit del petróleo se pueden ir a descansar”, afirma Lacalle. “Como dice John Watson, CEO de Chevron: peak oil is the only activity where you can be wrong by 129% and still make a living in the conference circuit (es decir, establecer dónde está el punto de inflexión en la producción de petróleo es la única actividad en la que te puedes equivocar hasta en un 128% y permanecer vivo en el circuito del sector)".
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