Anglada está en disposición de extenderse más allá de cataluña. Aquí una entrevista muy interesante que ha concedido al diario de Burgos. Explica las características de su ideología y da las pautas que se seguirán para extenderse a toda España a partir de Octubre.
Josep Anglada I Rius • Presidente de Plataforma por Cataluña
«No es que me dé algo porque nos llamen extrema derecha, pero es que no lo somos»
«A mí alguna vez me tendrán que explicar qué es eso de la extrema derecha. Yo soy católico, pienso que primero los de casa, no quiero paro... ¿Es eso? »
Anglada participó este fin de semana en Lerma en la autoproclamada Universidad de Verano.
Luis
Á. M. / Burgos
Nació hace 51 años en Vic, ciudad barcelonesa de la que es concejal, pero su primer contacto con la política lo tomó con Fuerza Nueva y con el Frente Nacional, por el que fue candidato a las Europeas en el 89. En sus apariciones públicas figuran palabras como ‘sudaca’ o ‘moro’ para referirse a personas extranjeras. Ha sido denunciado (y condenado) por agredir a un menor, y también ha denunciado haber sufrido agresiones. Mantiene estrechas relaciones con la ultraderecha europea y su meta es expandir su proyecto a toda España. Este fin de semana estuvo en Burgos.
Llamó la atención de toda España cuando, en las elecciones de 2003, se presentó a las municipales en su localidad natal (Vic, Barcelona) con un discurso beligerante con el fenómeno de la inmigración. Su vinculación pasada con grupos considerados los herederos del franquismo más rancio y su afán por defender vehementemente unas ideas que generan, cuando menos, debate sobre qué etiqueta es la que mejor define a su proyecto político, le hicieron más fuerte, al menos políticamente hablando. Multiplicó casi por cinco los votos de su partido en Cataluña, alcanzando más de 60 concejales. Este fin de semana estuvo en Lerma recopilando apoyos a su proyecto de crear un partido de ámbito nacional en el mes de octubre e ir a las generales de marzo.
Parece que sus proyectos encuentran adeptos...
Sí, sobre todo por la sensación de necesidad de abrir una tercera vía al PP y al PSOE. En Cataluña estamos triunfando y la fórmula se puede exportar. Nosotros en ningún caso integramos a grupos, sí a personas.
Usted habló en Lerma de crear un partido nacional único como alternativa real. ¿A qué se refiere exactamente cuando dice usted lo del partido único?
Estamos viendo fórmulas federales de hacerlo, algo parecido a lo que se ha hecho en CiU. Es un tema complicado, pero el partido único a nivel nacional seguirá siendo Plataforma por Cataluña, aunque evidentemente la denominación será diferente y tomaremos un nombre para, el día 2 de octubre, hacer la presentación en Barcelona. El resto de España va a actuar con ese nombre que ya tenemos pensado.
¿Qué etiqueta le cuadra mejor, la de extrema derecha, la de partido nacionalista español...?
De esas ninguna. No estamos en la órbita de lo que me dice. Somos el partido del sentido común al servicio de los ciudadanos. Ya no existe ni el concepto de derecha ni el concepto de izquierda. Después de 32 años en los ayuntamientos se ha demostrado que no se vota a la derecha o a la izquierda, sino a lo que pueda hacer un político. Puede haber conceptos de partidos que están catalogados a la derecha que son muy interesantes, pero también puede haberlos entre los partidos denominados de izquierda.
Ocurre que su rasgo más conocido es la crítica al fenómeno de la inmigración y la defensa de un proteccionismo del mercado laboral para los españoles, y eso siempre se relaciona con un mensaje xenófobo.
Yo entiendo lo que me dice, pero nosotros no vamos contra la inmigración, lo que decimos es que hay que controlarla. Es muy difícil poder entrar en el mapa político español. Nosotros hemos conseguido hacerlo en Cataluña tras haber nacido hace ocho años y cualquier partido tiene que tener una bandera o espacio político con el que le identifiquen. Cuando nos presentamos en el año 2003 existía un tema tabú, el de la inmigración, que estaba generando problemas. Yo creo que a día de hoy es un problema, y Plataforma por Cataluña tuvo la valentía de ponerlo encima de la mesa de forma democrática. A Esquerra se la conoce como un partido independentista, es su marca, pero se trata también de algo más, de tener una hoja de ruta. Aún así es cierto que somos conocidos por querer un mejor control de la inmigración, pero de ahí a decir que somos racistas...
¿Cuáles son, entonces, las líneas programáticas maestras del partido que pretenden fundar?
Hay que acabar de una vez por todas con los abusos de la clase política y la corrupción. Hay muchas administraciones que, en un momento de crisis, deberían eliminarse, como el Senado, que no sirve absolutamente para nada. El gran problema que tenemos en España es que el PP tampoco es alternativa al PSOE porque no aporta ninguna solución para salir de la crisis. Nosotros mentiríamos si dijéramos que tenemos la fórmula para salir de la crisis. Estamos sembrando para recoger el día de mañana y creo que vamos a necesitar de un tiempo. Uno de nuestros objetivos es poder regenerar la política a nivel nacional como estamos haciendo en los ayuntamientos.
En los momentos de crisis económica el populismo siempre encuentra más apoyos. Con eso, claro, cuentan...
La verdad es que yo mentiría si dijese lo contrario, pero para que se dé esta situación tienes que estar ahí, y los hay que han fracasado en el intento. Pero también es debido a un trabajo bien hecho de ocho años en Cataluña. Si hemos multiplicado por cinco nuestros votos y representantes públicos, será porque hemos hecho algo. Estoy de acuerdo en que en tiempo de crisis tenemos más posibilidades, pero venimos de un trabajo anterior.
En Europa la extrema derecha sí se reconoce como tal, pero aquí parece que da pudor, ¿o es que hablamos de algo diferente?
En estos momentos Plataforma por Cataluña tiene muy buenas relaciones con partidos a nivel europeo de corte populista, como la Liga Norte Italiana o últimamente con el Frente Nacional de Le Pen. Es una etiqueta que se les tache de extrema derecha, no es que a mí en España me dé algo porque nos llamen de extrema derecha, pero creo que no es cierto. Pero mire, el Frente nacional francés puede convertirse en la segunda fuerza más votada, en Austria también son importantes... A mí alguna vez me tendrán que decir qué es lo que significa ‘extrema derecha’. Yo quiero que no haya la tasa de paro que tenemos, soy católico, pienso que primero los de casa, que hay que hacer viviendas sociales... Si eso es ser de extrema derecha pues quizá lo sea, pero a nosotros en Cataluña casi nunca nos ponen esa etiqueta.
¿No?
No. Mire, yo soy de Vic, de la Cataluña profunda en la que se habla catalán, tengo 51 años y solamente había militado en un partido cuando tenía 19 años. Todo el mundo me conoce en mi ciudad; pues oiga, un 20% me han votado en las elecciones de 2011 siendo la segunda fuerza más votada en Vic. Hoy los ciudadanos no miran al político por lo que le digan que es. La gente se pregunta si el político se quiere preocupar de los problemas ciudadanos o dedicarse a vivir de la política. Nosotros estamos para servir al pueblo, no para servirnos de él.
Llamó la atención de toda España cuando, en las elecciones de 2003, se presentó a las municipales en su localidad natal (Vic, Barcelona) con un discurso beligerante con el fenómeno de la inmigración. Su vinculación pasada con grupos considerados los herederos del franquismo más rancio y su afán por defender vehementemente unas ideas que generan, cuando menos, debate sobre qué etiqueta es la que mejor define a su proyecto político, le hicieron más fuerte, al menos políticamente hablando. Multiplicó casi por cinco los votos de su partido en Cataluña, alcanzando más de 60 concejales. Este fin de semana estuvo en Lerma recopilando apoyos a su proyecto de crear un partido de ámbito nacional en el mes de octubre e ir a las generales de marzo.
Parece que sus proyectos encuentran adeptos...
Sí, sobre todo por la sensación de necesidad de abrir una tercera vía al PP y al PSOE. En Cataluña estamos triunfando y la fórmula se puede exportar. Nosotros en ningún caso integramos a grupos, sí a personas.
Usted habló en Lerma de crear un partido nacional único como alternativa real. ¿A qué se refiere exactamente cuando dice usted lo del partido único?
Estamos viendo fórmulas federales de hacerlo, algo parecido a lo que se ha hecho en CiU. Es un tema complicado, pero el partido único a nivel nacional seguirá siendo Plataforma por Cataluña, aunque evidentemente la denominación será diferente y tomaremos un nombre para, el día 2 de octubre, hacer la presentación en Barcelona. El resto de España va a actuar con ese nombre que ya tenemos pensado.
¿Qué etiqueta le cuadra mejor, la de extrema derecha, la de partido nacionalista español...?
De esas ninguna. No estamos en la órbita de lo que me dice. Somos el partido del sentido común al servicio de los ciudadanos. Ya no existe ni el concepto de derecha ni el concepto de izquierda. Después de 32 años en los ayuntamientos se ha demostrado que no se vota a la derecha o a la izquierda, sino a lo que pueda hacer un político. Puede haber conceptos de partidos que están catalogados a la derecha que son muy interesantes, pero también puede haberlos entre los partidos denominados de izquierda.
Ocurre que su rasgo más conocido es la crítica al fenómeno de la inmigración y la defensa de un proteccionismo del mercado laboral para los españoles, y eso siempre se relaciona con un mensaje xenófobo.
Yo entiendo lo que me dice, pero nosotros no vamos contra la inmigración, lo que decimos es que hay que controlarla. Es muy difícil poder entrar en el mapa político español. Nosotros hemos conseguido hacerlo en Cataluña tras haber nacido hace ocho años y cualquier partido tiene que tener una bandera o espacio político con el que le identifiquen. Cuando nos presentamos en el año 2003 existía un tema tabú, el de la inmigración, que estaba generando problemas. Yo creo que a día de hoy es un problema, y Plataforma por Cataluña tuvo la valentía de ponerlo encima de la mesa de forma democrática. A Esquerra se la conoce como un partido independentista, es su marca, pero se trata también de algo más, de tener una hoja de ruta. Aún así es cierto que somos conocidos por querer un mejor control de la inmigración, pero de ahí a decir que somos racistas...
¿Cuáles son, entonces, las líneas programáticas maestras del partido que pretenden fundar?
Hay que acabar de una vez por todas con los abusos de la clase política y la corrupción. Hay muchas administraciones que, en un momento de crisis, deberían eliminarse, como el Senado, que no sirve absolutamente para nada. El gran problema que tenemos en España es que el PP tampoco es alternativa al PSOE porque no aporta ninguna solución para salir de la crisis. Nosotros mentiríamos si dijéramos que tenemos la fórmula para salir de la crisis. Estamos sembrando para recoger el día de mañana y creo que vamos a necesitar de un tiempo. Uno de nuestros objetivos es poder regenerar la política a nivel nacional como estamos haciendo en los ayuntamientos.
En los momentos de crisis económica el populismo siempre encuentra más apoyos. Con eso, claro, cuentan...
La verdad es que yo mentiría si dijese lo contrario, pero para que se dé esta situación tienes que estar ahí, y los hay que han fracasado en el intento. Pero también es debido a un trabajo bien hecho de ocho años en Cataluña. Si hemos multiplicado por cinco nuestros votos y representantes públicos, será porque hemos hecho algo. Estoy de acuerdo en que en tiempo de crisis tenemos más posibilidades, pero venimos de un trabajo anterior.
En Europa la extrema derecha sí se reconoce como tal, pero aquí parece que da pudor, ¿o es que hablamos de algo diferente?
En estos momentos Plataforma por Cataluña tiene muy buenas relaciones con partidos a nivel europeo de corte populista, como la Liga Norte Italiana o últimamente con el Frente Nacional de Le Pen. Es una etiqueta que se les tache de extrema derecha, no es que a mí en España me dé algo porque nos llamen de extrema derecha, pero creo que no es cierto. Pero mire, el Frente nacional francés puede convertirse en la segunda fuerza más votada, en Austria también son importantes... A mí alguna vez me tendrán que decir qué es lo que significa ‘extrema derecha’. Yo quiero que no haya la tasa de paro que tenemos, soy católico, pienso que primero los de casa, que hay que hacer viviendas sociales... Si eso es ser de extrema derecha pues quizá lo sea, pero a nosotros en Cataluña casi nunca nos ponen esa etiqueta.
¿No?
No. Mire, yo soy de Vic, de la Cataluña profunda en la que se habla catalán, tengo 51 años y solamente había militado en un partido cuando tenía 19 años. Todo el mundo me conoce en mi ciudad; pues oiga, un 20% me han votado en las elecciones de 2011 siendo la segunda fuerza más votada en Vic. Hoy los ciudadanos no miran al político por lo que le digan que es. La gente se pregunta si el político se quiere preocupar de los problemas ciudadanos o dedicarse a vivir de la política. Nosotros estamos para servir al pueblo, no para servirnos de él.
FUENTE: http://www.diariodeburgos.es/noticia.cfm/Local/20110725/no/es/algo/porque/llamen/extrema/derecha/pero/es/no/somos/AF3726BA-E6B8-937C-66E905E46EC398C2
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