Parece ser que la nueva reforma laboral no solo traerá precariedad y despidos masivos sino... chivatos. Para poder ser readmitidos habrá que denunciar a los compañeros de trabajo que el despedido piense merecía ser despedido antes que él. ¡¡Esto es de locos!! Ahora no solo hay que denunciar al empresario que te ha despedido sino a los compañeros trabajadores que, el despedido piensa, merece menos el puesto y lo mantiene. Muy bien. Esta nueva reforma potencia el todos contra todos con lo cual se fundamenta el lema tan llevado a la práctica en este sistema del "divide y vencerás".
Día a día sabemos más sobre esta nefasta y negativa reforma laboral que no solo finiquitará la clase media en España sino que traerá la esclavitud laboral con trabajos precarios, temporales y de bajos salarios entre una población española que, poco a poco, verá como sus valores más relevantes marchan a otros países mientras se quedan los autóctonos menos cualificados, parados e inmigrantes masivos que modificarán en menos generaciones de lo que pensamos la tradicional etnia indoeuropea de Hispania. El fin de España se acerca gracias a la casta política de todos los colores y sabores que colaboran codo con codo con el resto de políticos parasitarios europeos para que el destino de España y Europa marche ligado en la decadencia de su identidad. La reforma laboral solo es un paso más en esta misión suicida... o asesina.
LOS EXPERTOS VATICINAN UN AUMENTO DE LA LITIGIOSIDAD LABORAL
Los despedidos tendrán que denunciar a sus compañeros para ser readmitidos
La nueva redacción del artículo 124 del Estatuto de los Trabajadores dice, en concreto, que “cuando el objeto del debate verse sobre preferencias atribuidas a determinados trabajadores, éstos también deberán ser demandados”. O dicho en palabras más directas del departamento legal de Ernst &Young, si un trabajador cuestiona los criterios de permanencia en una empresa en caso de despido, “el actor [el empleado despedido] deberá codemandar a los trabajadores que no hubieran sido afectados por el despido”. Es decir, no sólo al empresario sino, también, a sus excompañeros. Las causas de la demanda se deben fundamentar en que un empleado piense que acumula más derechos para permanecer en su puesto de trabajo que otro.
No sólo eso. Igualmente deberán ser demandados los representantes de los trabajadores -los sindicatos o los comités de empresa- cuando la medida -el ajuste de plantillas- cuente con su conformidad. Sólo hay una salvedad. La norma deja bien claro que los actuales criterios de prioridad a la hora de despedir se mantienen, lo que quiere decir que los representantes legales de los trabajadores, también los que se acojan a algún derecho por conciliación familiar, no podrán ser arrojados fuera de la plantilla en los casos de extinción de contratos por causas tecnológicas o económicas.
Esta ‘nueva’ litigiosidad nace de la propia reforma laboral que, como se sabe, suprime la autorización administrativa previa para los despidos colectivos. Este requisito era el que animaba a pactar en el seno de las plantillas la identidad de los despedidos (mediante incentivos económicos), y por eso prácticamente la totalidad de los antiguos expedientes de extinción de empleo eran aprobados por la autoridad laboral sin conflictividad judicial.
Judicialización de los despidos
Ahora, con la nueva norma, es el empresario el que decide a quién despide, toda vez que no necesita ninguna autorización administrativa con carácter previo. En palabras de un conocido experto laboral, “esto va a conllevar una enorme judicialización de los despidos”.
En esto coincide un destacado miembro del Poder Judicial, que vaticina un aumento de los litigios ("esto va a ser duro", asegura) en unos juzgados que hoy están “al límite”, aunque en ningún caso en una situación parecida a la de los juzgados de lo contencioso, donde se acumulan los expedientes. De las 21 salas que existen de lo social, 18 tienen sin resolver menos de 350 asuntos, lo que se considera razonable, pero tres salas están desbordadas. Los despidos se están resolviendo, como media, en menos de tres meses, pero para otros asuntos laborales ya se tarda, como media, ocho meses.
Lo que echan en falta los expertos es que el ‘filtro’ de la autorización administrativa previa haya desaparecido, algo que “engrasaba” las relaciones laborales en las empresas.
FUENTE: http://www.elconfidencial.com/economia/2012/02/24/los-despedidos-tendran-que-denunciar-a-sus-companeros-para-ser-readmitidos-93116/
No hay comentarios:
Publicar un comentario