El resto ya lo está diciendo la única formación que parece preocuparle de verdad este asunto en Catalunya, la formación identitaria PxC que encima ha sido criticada por los medios de comunicación afines al sistema en España al hablar de este tema cuando, realmente, la noticia era Abdessalam Laaroussi, el sátrapa Imán de Tarrasa y sus mensajes de como pegar a la mujer y hacerla obedecer.
Nosotros lo único que tenemos que decir es... ¿Por qué no se coge a este energúmeno personaje y se le invita a volver al magreb expulsándolo inmediatamente de España, a él y a toda la cohorte que le acompaña antes de que sea demasiado tarde? ¿Para qué vamos a consumir erario público para mantener a semejante delincuente en la cárcel?. ¿Por qué no se cierra definitivamente la mezquita de Tarrasa y el que quiera orar que
se vaya a la Meca? Corren malos tiempos para Cataluña.
Seguro que en un tiempo este tema se olvida y dicho personaje podrá seguir dando sus soflamas delictivas en su mezquita de la nueva Al- Catalunya... si no lo remedia el enemigo público numero 1 para el sistema que parece ser una formación política que llama las cosas por su nombre en lugar de un delincuente con chilaba.
LA LOCALIDAD YA TUVO GRAVES CONFLICTOS RACIALES
El imán de Tarrasa enseñaba a pegar a la mujer y cómo hacerla obedecer
El imán musulmán de la localidad barcelonesa de Tarrasa, Abdessalam Laaroussi, había pasado casi desapercibido hasta ahora. Sus soflamas de los viernes ante más de 1.500 fieles que asisten a sus oraciones le pueden acarrear problemas legales. Los Mossos d’Esquadra seguían con interés sus discursos después de que hace un par de meses recibieran informaciones sobre aspectos supuestamente delictivos de los mismos.
De hecho, la Policía catalana sigue y graba reuniones donde existe la posibilidad de que se produzcan delitos, ya sea de musulmanes o de otros colectivos, como los líderes nazis de todo el mundo que recalan por Barcelona (grabaron varias conferencias de extremistas nazis de Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos).
El consejero de Interior, Felip Puig, matizó ayer que estas actuaciones son de carácter ”preventivo”. El fiscal de Delitos de Odio y Discriminación, Miguel Ángel Aguilar, determinará si finalmente imputa al imán después de que la Policía Autonómica le envíe el atestado policial.
Gracias al seguimiento realizado, la Policía detectó durante las dos semanas que le hizo un seguimiento, el pasado enero, actitudes de Abdessalam contra las mujeres. Y estas actitudes vulneran las leyes españolas. Según los Mossos, el líder espiritual de los musulmanes de Tarrasa decía que el Islam permite pegar a las mujeres y explicaba cómo corregirlas “con violencia física y psíquica”. Según las imputaciones policiales, también enseñaba cómo golpearlas, cómo aislarlas, cómo obligarlas a obedecer y cómo negarles relaciones sexuales.
Abdessalam fue citado ayer a declarar en la sede policial. Llegó acompañado de varios miembros de la Asociación Cultural Musulmana de Tarrasa y se negó a abrir la boca, aunque la Policía derivó igualmente a la Fiscalía el atestado, en el que imputa al imán un presunto delito de incitación a la violencia contra las mujeres y por atentar contra la dignidad y el honor de las mismas.
Los miembros de la asociación que acompañaba a Abdessalam defendieron a su líder espiritual a capa y espada. ”Nunca ha dicho nada contra las mujeres”, señaló Mohammed el Haddab a la agencia Europa Press. Y su compañero Mohammed Loukani subrayó que en los sermones de Abdessalam nunca se dijo nada malo y que incluso el imán decía que “la mujer es la hermana del hombre”.
La comunidad musulmana de Tarrasa (algunos de sus miembros llevan más de veinte años residiendo en la ciudad), en realidad, siempre se ha distinguido por su moderación y su apertura al vecindario. De ahí que sorprendiese a todos la citación del imán. Y de ahí también que todos cerrasen filas con su director espiritual. Además, habría que destacar que ésta es una de las comunidades más numerosas de Cataluña.
Antecedentes peligrosos
Pero también es verdad que Tarrasa ya ha estado en el ojo del huracán en varias ocasiones. En el año 1999, se desató una verdadera guerra en el barrio de Ca n’Anglada, el que concentraba un mayor número de musulmanes. El conflicto fue provocado por una pelea entre jóvenes durante la fiesta mayor, que derivó en el apuñalamiento de un chico magrebí. Durante varios días, hubo comercios incendiados, locales asaltados, allanamientos de viviendas particulares, vehículos destrozados y batallas campales durante varios días. Incluso algunos vecinos se sumaron a la revuelta, que se saldó con una docena de detenciones de jóvenes de estética skin head, entre ellos el autor del apuñalamiento.
En agosto del año pasado, a poco de cumplirse el décimo aniversario de los atentados de las torres gemelas, el partido ultra Plataforma per Catalunya (PxC) volvió a liarla. Según denunció la asociación Unidad contra el Racismo, en el Facebook de PxC de esta localidad se vertían frases claramente racistas contra los musulmanes.
En la popular red social, se tachaba a todos los imanes de “malnacidos hijos de puta” y se decía que todos ellos necesitan una “noche de los cuchillos largos, así se acabaría el problema de esta gentuza. Si pensáis que la juventud española es como vosotros os pensáis moros de mierda, andáis pero que muy equivocados gentucilla, no podréis vencernos ni muertos, y acabaremos con vuestra basura”.
Un mensaje advertía: “Ahora les quieren dar el voto en España a los marroquíes no nacionalizados. Estos pakistaníes serán los próximos. Debemos ser hostiles ante quienes son hostiles a nuestra cultura e identidad”, decía una entrada. Y otro era todavía más duro: “Hijos de puta merecen el exterminio total y definitivo”, rezaba. Un tercero insistía en que “estos fanáticos yihadistas son como ratas. No queremos ratas”. Varios comentarios más insultaban a los musulmanes. El líder de PxC, Josep Anglada, se desmarcó inmediatamente del asunto argumentando que la página donde habían salido los comentarios no era la web oficial del partido, sino un perfil que alguien había creado. De todos modos, nadie duda de que Tarrasa tiene todo el caldo de cultivo como para que estalle un conflicto grave con tintes xenófobos.
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